Ser como un perro verde quizá empiece a dejar de ser sinónimo de rareza. Hace algún tiempo ya ocurría en Brasil. En el año 2010 nacía un cachorro de Labrador con el pelaje de este color. El pequeño Hulk parece que nació de esa tonalidad por la exposición, durante la gestación, a una sustancia llamada biliverdina (pigmentos verdes y azules de la bilis).

Ahora la historia se repite en España. Concretamente en Valladolid han nacido dos cachorros con el pelaje de color verde. Desgraciadamente uno de ellos murió mientras que el otro lucha, a día de hoy, por su vida. Son cachorros más pequeños y débiles y es que al parecer han nacido así por una intoxicación vírica o bacteriana durante el embarazo.

Cuando leí la noticia no pude evitar sentir una inmensa tristeza. Sea como fuera, parece que la sociedad en la que vivimos todo lo convierte en negocio. Se trafica con las vidas de los animales como si fuesen objetos, se les manipula genéticamente para conseguir ejemplares mejores, más pequeños, más bonitos, razas nuevas y diferentes… se insemina a las perras en los criaderos sin piedad, se las explota de tal manera que es inimaginable el abuso y sufrimiento que esos animales padecen para luego arrebatarles sus cachorros para ser vendidos.

Una realidad que casi siempre permanece oculta, que carece de sentimientos y sensibilidad, que a pocos nos gustaría conocer y que la mayoría ignora o prefiere ignorar. Pero eso, no lo hace desaparecer.

Quizá, hechos como este nos deberían hacer reflexionar y ver más allá cuando se compra un cachorro.

En criaderos intensivos los perros y gatos permanecen en instalaciones en las que, casi siempre, están encerrados en jaulas, con condiciones higiénicas muy pobres, con escasa atención veterinaria, con cría endogámica y por tanto, serios problemas de salud y de socialización al ser arrebatados de sus madres muy temprano. Además, las condiciones en las que los cachorros son traslados a los establecimientos de venta hace, en multitud de ocasiones, que muchas vidas se queden por el camino (temperaturas extremas, estrés, largos viajes sin agua ni comida…) es decir, una atención nula muy lejos de lo que a muchos nos gustaría imaginar.

Por eso, precisamente, es por lo que los animalistas luchan por que su mensaje de que es mejor adoptar que comprar llegue a todo el mundo. Al adoptar, sin duda alguna, se salvan dos vidas. La primera, la de nuestro fiel amigo que se vendrá a casa, y la segunda, aquella de otro peludo que podrá ocupar ese espacio que dejamos libre. Las protectoras están saturadas y los perros que viven allí no son peores que los demás. Ojalá consigamos abrir los ojos y empecemos a cambiar la realidad que nos rodea. Una realidad egoísta que usa, manipula y abusa del más débil.

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Camada de cachorros con los dos perros verdes - Aida Vallelado Molina



  Sobre el autor

Miriam Sainz Sánchez

Apasionada de los animales, lleva muchos años conviviendo y aprendiendo de ellos. Adiestradora canina y amante de la naturaleza, es además una gran entusiasta de las palabras y los viajes. Siempre con mascotas.

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