Tener sentido cívico es, quizá, el valor más necesario para poder convivir en paz y armonía. Ser o no cívico entra, lógicamente, dentro del sentido del bien y del mal de cada persona. Algunos de nosotros podemos pensar que reciclar basura, no hacer ruidos que molesten a los vecinos o respetar el mobiliario urbano son conductas cívicas. Otras personas, como se ve, no opinan lo mismo. La actitud cívica ha avanzado mucho en los últimos 20 años en España. Situaciones, conductas que antes pasaban desapercibidas son ahora denunciadas y reprobadas por la parte más sensata de la ciudadanía. Y me preguntaréis ¿qué tienen que ver nuestras mascotas con el sentido cívico? Pues en nuestra opinión "mucho".

Compartimos nuestro espacio

Según cifras de ANFAC (Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía) en el año 2009 vivían en España más de 4 millones y medio de perros, 3.300.000 de gatos, más de 3.700.000 millones de loros, casi 6 millones y medio de peces y 3.300.000 de "otros" como tortugas, serpientes, hurones, etc. Hablamos de millones de animales de compañía que, como bien dice su nombre, acompañan a los humanos en su vida cotidiana. Estas mascotas, sobre todo los perros y los gatos, comparten nuestras calles, parques, bosques, avenidas… Algunos de ellos (demasiados) no tienen a un humano que se haga responsable de su actitud, pero otros muchos sí: nosotros. Así, las mascotas tienen mucho que ver con el sentido cívico desde tres puntos de vista:

  • Nuestro sentido cívico como responsables de un animal que comparte el espacio con otros animales como el ser humano.
  • El sentido cívico de los poderes públicos que deben regular las normas de convivencia con animales de compañía (Ordenanzas Municipales).
  • El sentido cívico de las personas que, sin ser cuidadores de mascotas, las respeten como lo que son: seres vivos con sentimientos y necesidades.

Iniciativas cívicas

Como decíamos al principio, queremos creer que el sentido cívico de las personas ha mejorado mucho en los últimos años. Poco a poco nuestra sociedad se ha ido concienciando de lo importante que es el respeto en todos los ámbitos. Las redes sociales han hecho una gran labor en la difusión de los mensajes y acciones en pro del civismo. Sólo tenemos que echar un vistazo a nuestro tablón de Facebook y de Google Plus o mirar nuestro Twitter para leer decenas de mensajes que, de una u otra forma, están apelando a nuestro sentido cívico y de respeto.

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El caso de las mascotas es, quizá, uno de los más relevantes. Miles de personas están concienciadas de que los animales merecen RESPETO con mayúsculas. Son seres vivos que sufren y aman. No podemos hacernos los sordos cuando se pisotean sus derechos más fundamentales o cuando se les trata como lo que no son: "cosas". Veamos algunos ejemplos de estas acciones que están haciendo crecer poco a poco el sentido cívico hacia nuestras mascotas:

Creación de redes sociales en torno a las mascotas

Un claro ejemplo lo tienes justo delante ;) Mascotea es una de las redes sociales que han surgido para cubrir una necesidad: crear un punto de unión entre personas que aman a los animales y que desean compartir sus experiencias con otras personas.

Charlas divulgativas en los colegios

Los niños son como discos duros. Graban absolutamente todo lo que les trasmitas. Es importantísimo que nuestros niños y niñas reciban una educación tempranade respeto y civismo hacia las mascotas. Un pequeño con fuerte sentido cívico tendrá más posibilidades de convertirse en un adulto con algo de cabeza.

Pequeños gestos cotidianos

Los humanos con mascotas demuestran su civismo para con los demás a través de pequeños actos: recogiendo los excrementos de su peludo, llevándolo de la correa en calles transitadas, etc. Pero el resto de ciudadanos también pueden demostrar su respeto y sentido cívico aunque no tengan animales. En este sentido podríamos hablar de esas decenas de negocios que cuelgan el cartel de "se admiten mascotas" o aquellos que habilitan un espacio en el exterior de su establecimiento para que el animal esté lo más cómodo posible mientras espera. Afortunadamente cada vez hay más establecimientos "pet friendly". En Madrid, por ejemplo, encontramos uno de nuestros favoritos: Levadura Viva, una pastelería situada en la calle Sainz de Baranda 16. Los amables propietarios de este establecimiento no sólo han colocado unas argollas en el exterior para amarrar la correa de nuestro peludo, también ponen a disposición de sus clientes caninos grandes cuencos de agua fresca. Todo un detalle de civismo ¿verdad?

Me gustaría cerrar este artículo con una idea que a mí me parece fundamental: no hay gesto cívico pequeño. Participar en un foro, firmar una denuncia, poner un cuenco con agua fresca a un peludo sediento, recoger los excrementos… todos son actos cívicos importantes, fundamentales para seguir creciendo como seres humanos justos y tolerantes. ¿O no?



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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