Todo mascotero que se precie ha oído hablar de la importancia de la socialización del cachorro. Comenzar desde los primeros días a enseñarle al cachorro ciertas pautas de comportamiento, es esencial al para tener en el futuro un perro mentalmente sano.

Ya sabemos que muchos de los mascoteros tienen perros adoptados que no han tenido la oportunidad de cuidar desde cachorros, sino ya de adultos. ¡No desesperéis! Aunque cueste más, podemos brindarle a nuestro perro el mejor ambiente para que su socialización, haya sido la que haya sido, pueda tornar excelente... Pero de eso hablaremos en otro artículo de Mascotea ;)

El caso que hoy nos ocupa es la necesidad de que nuestro cachorro forme las bases desde pequeñito para poder convivir tanto con los humanos como con perros o con cualquier especie que se cruce en su camino a lo largo de su vida.

La lógica es muy sencilla de entender: si tienes un cachorro al que le has expuesto a muchas situaciones diferentes, a muchas personas y tipos de personas distintas, a ruidos de lo más comunes y de lo más extraños y a perros de todas las razas, edades y tamaños, tendrás un perro adulto que no temerá ni se mostrará inseguro ante este tipo de situaciones o individuos. Si estamos hablando de la felicidad del perro, y también de la nuestra, pues podremos compartir nuestra vida con él de la forma más placentera posible, ¿no parece la gallina de los huevos de oro? ¡Pues lo es! Hay que tener en cuenta que tener un cahcorro en casa representa un libro en blanco... o según los tiempos que corren, es un Smartphone en el que aún no se han instalado aplicaciones... De nosotros depende qué se va a instalar y qué uso se hará de ellas. ¿Quieres saber cómo hacerlo? ¡Pues presta atención!:

Socializando con personas

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Es muy importante que nuestro cachorro aprenda que hay diferentes tipos de personas y que no constituyen por sí mismas un problema para él. El famoso doctor Ian Dunbar  nos dice que antes de los 3 meses, deberíamos presentar al cachorro a 1.000 personas diferentes para que alcanzara una óptima socialización. Quizá no esté en la mano de todos nuestros mascoteros, pero es una buena cifra a tener en cuenta.

Blancos, negros, asiáticos, altos, bajos, gordos, delgados, hombres, mujeres niños, bebés... Todos. ¿Por qué? Para que nuestro perro no tenga ningún problema con ningún tipo de persona en un futuro; no al menos de manera "predeterminada".

Y que conozca a esas 1.000 personas (o el número más alto posible) no es de manera aleatoria y sin prestar atención, no. Más bien todo lo contrario. Lo ideal es que todas las personas que conozca le ofrezcan comida o algún juego divertido con el que entretenerse con el cachorro. Tenemos que vigilar muy bien que todas las relaciones sean placenteras para el pequeño, que no haya miedos ni momentos de tensión y que disfrute con el momento.

Hay que tener muy en cuenta que para que la socialización se haga correctamente, debe ser el cachorro el que se acerque y el que se tome su tiempo, principalmente si lo que tenemos es un peludo algo tímido o receloso. Imagina que te llevan a un parque acuático porque te lo vas a pasar bien, y en la parte más alta, cuando lo estás mirando y pensándote si prefieres comenzar con una atracción más sencilla, alguien te empuja y caes, aterrado, por el tobogán más alto... No parece un buen comienzo para empezar a divertirse, ¿verdad?

Podemos utilizar a gente disfrazada o con distintos tipos de ropas, como esas que son más vaporosas y que se mueves con el viento, motoristas con cascos de moto, niños con patines...

Como podéis ver, la variedad es importante, manteniendo siempre en mente el disfrute del perro. Si tu cachorro acaba de llegar a casa, será una excusa perfecta para que vecinos, amigos y familia pasen por casa a saludar al pequeño.

Socializando con perros

Asegúrate de que el cachorro tiene todas las vacunas necesarias. Si le falta alguna, busca un lugar cerrado -prohibidos los parques para perros, hablamos más bien de un jardín privado, una parcela... - donde poder invitar a otros cachorros a jugar juntos.

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Es muy importante que el perrete juegue con cachorros: tienen su misma energía y juntos están aprendiendo cuáles son sus límites. Si un perro muerde más fuerte de lo normal, el resto se lo dirá y como además los cachorros no tienen ningún problema de comportamiento (hablamos de perros hasta 3 meses de edad, aunque es extensible a 6 meses e incluso a 1 año, según a lo que nos refiramos) podrán jugar tranquilos y socializarse.

Es común que los cachorros se vendan, adopten o regalen con dos meses de vida, habiéndoles dado la posiblidad de criarse ese tiempo con su madre y hermanos de camada. Si no es así, el trabajo del cuidador de un cachorro cobra aún una importancia superior.

También tenemos que juntar a nuestro perro con otros de mayor edad, y nos solo con cahorritos. Los adultos le enseñarán las normas de su sociedad canina y les ayudarán a evolucionar.

¿Sirven todos los perros adultos para socializar a mi cachorro?

No. Al contrario de lo que pasa con otros cachorros, los perros adultos pueden causar un daño muy difícil de reparar a nuestros perros más jóvenes. Necesitamos encontrar perros equilibrados para permitirles interactuar con nuestro perro. Eso, en los tiempos que corren, no es tan fácil como la lógica nos diría...

Si por ejemplo juntamos a un perro adulto con nuestro cachorro, y aquél no hace caso a las señales de calma que ha estado aprendiendo con otros perrines, mordiéndole, tendremos un cachorro intimidado o temeroso de mostrarse en calma frente a un adulto (¡será adulto y se relacionará con adultos casi toda su vida!), en el mejor de los casos.

Con un perro equilibrado, el cachorro aprende a tolerar y se da cuenta de que no es el único de su especie. Es necesario que "discutan" y se lleve alguna "regañina"y muy necesario que el recién llegado aprenda hasta dónde es socialmente aceptable lo que hace.

Socializando con situaciones o cosas

Si bien no se puede decir que la palabra sea "socializar", sino más bien "habituar", es importante comprender que de la misma manera que hay que socializar al cachorro con muchos tipos de personas y perros, tenemos que poner en nuestra agenda que al menos hasta los tres meses (toda su vida... pero los tres meses son un hito importante para la vida del cachorro) nuestro perro tiene que conocer multitud de situaciones y vivencias diferentes. Ni que decir tiene que éstas deben ser positivas y no estresantes ni perjudiciales.

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Le haremos un grato favor a nuestro perrete si salimos con él por diferentes ambientes, le montamos en el coche, paseamos bajo la lluvia, si hay truenos, mucho mejor (aunque quizá el paseo quede para otro momento, pero será estupendo que el cachorro los escuche), conozca el campo, los ríos, la playa... Recuerda siempre que es sin forzar al animal. Ellos mandan con los tiempos y debes estar muy pendiente de las intensidades con las que trabajas.

Si el perro tiene aún alguna vacuna por poner, puedes sacarlo en brazos. Ya saben los mascoteros que no es saludable para el animal estar en contacto con los virus y bacterias que pueda haber en la calle antes de las vacunas (ni para los perros adultos en contacto con las heces de nuestro cachorro, aún sin vacunar).

Ayudará mucho que el cuidador del cachorro tampoco se asuste ni muestre ansiedad ante determinadas situaciones. Así, si el mar te da miedo e intentas subir a tu cachorro en una barca, es mejor que se lopidas a algún amigo o que directamente no lo intentes... Por dos razones:

    • Tú mismo transmitirás a tu cachorro que eso no es seguro. Tu cuerpo tendrá reacciones químicas y señales que le indicarán al perro que la situación no está controlada: Si mi humano tiene miedo en esta situación, cuando me transmite siempre calma y naturalidad, ¿qué cosa tan horrible estará pasando?
    • ¿Para qué vas a enseñarle al perro algo que nunca hará? O por lo menos no tendréis la oportunidad de compartirlo untos. ¿Es necesario? El perro no te quitará tus miedos, si es lo que esperas...

Podemos aprovechar para socializarle con animales de diferentes especies a la humana o la canina. Aprender respeto mútuo hará mucho por los mascoteros que tengan pensado compartir su vida con más animales además de uno o varios perros. Es importante que las situaciones y las experiencias que viva sean gratificantes, así que antes de juntarlo con un gato que tenga pavor a los perros y pueda darle un zarpazo, piénsalo de nuevo.

Recuerda:

Ofrécele al cachorro todas las experiencias que puedas durante el período de socialización, tanto con animales, humanos o de otro tipo, como con situaciones diversas.

Permítele a él llevar la iniciativa y no le fuerces a hacer cosas en las que no se siente seguro o cómodo.

Importante:

¡Vigila sus compañías! Lo que a priori puede resultar una buena idea, puede convertirse en un tormento para su socialización.

Por supuesto, evita su aislamiento, las experiencias negativas, la ansiedad, etc. Permite que conviva con los de su raza y con otros animales. ¡Los perros no son animales anti sociales!

No pretendas que tu cachorro o tu perro adulto juegue siempre con todos los perros o se lleve bien con ellos. ¿Saludas tú efusivamente a todas las personas que conoces y te irías de caña con todos?



  Sobre el autor

Miriam Sainz Sánchez

Apasionada de los animales, lleva muchos años conviviendo y aprendiendo de ellos. Adiestradora canina y amante de la naturaleza, es además una gran entusiasta de las palabras y los viajes. Siempre con mascotas.

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