Una frase mascotera donde las haya es la famosísima "El perro es el mejor amigo del hombre" (aunque nosotros añadiríamos al final "y de la mujer", claro). ¿Dónde surgió esta expresión? ¿Es completamente cierta? ¿Por qué se considera al perro como el mejor amigo de las personas y no al gato o al caballo? Hoy intentaremos dar respuesta a estos interesantes interrogantes.

El origen de la expresión

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Cuenta la leyenda que la frase "El mejor amigo del hombre" se pronunció por vez primera en 1870 en un marco realmente curioso: la sala de un juzgado norteamericano. Parece ser que el autor de la conocida frase fue el famoso abogado Graham Vest quien la incluyó en los alegatos finales del juicio que marcaría un antes y un después en la historia de los derechos de los animales. Vamos a intentar resumir la historia: El granjero Charles Burden tenía un galgo llamado Old Drum. Al parecer, Burden se llevaba fatal con su vecino, el riquísimo Leónidas Hornsby que además de tener más duros que Creso, odiaba a muerte a todos los animales. Un buen día, Burden encontró asesinada a tiros a su querida mascota. Completamente indignado, el granjero acudió a unos tribunales que, en aquella época pensaban casi como ahora: atentar contra los animales era una falta leve, sin importancia. Burden tuvo la suerte de toparse con Vest, un afamado Doctor en Leyes que, además, tenía bastante influencia en las altas esferas de la época. El leguleyo, además de pericia, tenía un pico de oro y dejó con la lágrima puesta a los miembros del jurado pronunciando la que llegaría a ser su frase más famosa:

El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro. Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo. Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos.

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¿Siempre el mejor amigo?

Sí… cuando se lo permitimos. Hay ciertos perros que por sus características físicas - fuerza, envergadura, tamaño de mordida…- pueden hacer daño a un ser humano. En eso estamos de acuerdo. Pero ¿qué motivos puede tener un perro para atacar? No es objeto de este artículo profundizar en por qué un perro puede llegar a ser peligroso, pero sí podemos decir que el carácter de este animal lo forja mayoritariamente su educador. No olvidemos, además, que las circunstancias de su nacimiento, primeras experiencias, ambiente en el que crece, etc., también son vitales. Son aspectos clave que marcarán el carácter de nuestra mascota casi de forma indeleble y somos nosotros, los seres humanos, las que los propiciamos o provocamos.

Es decir: somos los seres humanos los que moldeamos el carácter del perro doméstico actual. Que sea más o menos grande o poderoso, no quiere decir que sea un mejor o un peor amigo. El perro es nuestro reflejo y si refleja violencia

Mejor amigo… desde siempre

Aunque tuviéramos que esperar al siglo XIX para escuchar la famosa frase, la realidad es que el perro ha sido un gran amigo de las personas desde hace más de 30.000 años. Como sabes, el perro desciende del lobo, animal que, en un momento dado, decidió que la compañía de los seres humanos, su alimento, cobijo y calor, merecía la pena. Las últimas teorías sostienen que nuestro mejor amigo comenzó a acercarse a los cazadores humanos atraídos por el resto de cadáveres que dejaban a su paso. De ahí a la domesticación mutua… sólo hubo un paso. Lógicamente otros animales acompañaron la aventura del ser humano. Todos conocemos la importancia de, por ejemplo, nuestro amigo el caballo en las conquistas, el trabajo de la tierra o el comercio y los viajes. Por otra parte, muchas culturas ancestrales - estoy pensando en los egipcios - consideraban al gato como el ser mágico por antonomasia. Pero, poco a poco, la inteligencia, valentía y fidelidad del perro se hizo un hueco en el corazón de los seres humanos, de esos hombres y mujeres valientes que comenzaban a extender sus dominios por todos los rincones de la tierra.



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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