Si eres un amante de los animales seguro que te suena el término protagonista de nuestro artículo de hoy: la etología. Si compartes tu vida con perros, gatos, canarios, tortugas, periquitos, tarántulas, caballos o cualquier otro tipo de mascota, seguro que te apetece conocer un poco mejor esa rama de la ciencia que estudia su comportamiento vital. ¿Empezamos?

La definición.

En el diccionario de la RAE leemos la siguiente definición de etología:

  1. f. Estudio científico del carácter y modos de comportamiento del hombre.
  2. f. Parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales.

No entiendo muy bien por qué el DRAE diferencia "animales" de "hombres" porque, al fin y al cabo, los segundos son los primeros, ¿verdad? Pero bueno, a lo nuestro ;) Vamos a profundizar un poco más:

El término etología se forma a partir de una raíz griega que podríamos traducir al español como "costumbre". La etología es, entonces, una rama de la ciencia que estudia las costumbres de los animales pero, importante, solo las costumbres que son fruto de sus instintos o costumbres, no las conductas inducidas en laboratorio por experimentos concretos como sería, por ejemplo, el de la campanita de Pávlov.

Etología
Etología animal

Un poco de historia

Nos remontamos a la segunda mitad del siglo pasado. Cuando se recogieron las últimas ruinas producto de la imbecilidad de la II Guerra Mundial, los científicos tuvieron algo más de tiempo para pensar en cosas serias como, por ejemplo, el comportamiento de los seres humanos.

Surgieron como setas investigadores de todas las nacionalidades que intentaban conocer mejor el carácter de los seres humanos y, así, encontrar supuestas curas a esas tormentas emocionales y decisiones equivocadas que tantas desgracias habían acarreado. Algunas de estas mentes brillantes derivaron sus estudios hacia los seres que acompañan al hombre en su existencia vital, los animales. De esta forma comenzaron a brillar con luz propia los grandes nombres que, años más tarde, serían galardonados con el prestigioso premio Nóbel: Konrad Lorenz - que centró sus polémicas investigaciones en el comportamiento de los gansos-, Niko Tinbergen - que investigó sobre todo el curioso comportamiento de una especie de pez llamada espinoso - y Karl R. von Frisch con sus famosos estudios sobre el comportamiento de esas diminutas e incansables obreras llamadas abejas.

Es difícil resumir en solo unas líneas la esencia de la etología, pero podríamos afirmar que es una disciplina que se centra en explicar el comportamiento de los animales, por qué se comportan como lo hacen y qué tienen que ver sus instintos en sus decisiones vitales.

Como ves, la etología se opone radicalmente al conductismo. ¿Recuerdas ese término? Es la corriente o tendencia de la psicología que intenta explicar el comportamiento (humano o animal, tanto da) como resultado directo de una serie de estímulos concretos. Estímulo= Respuesta, dejando de lado cualquier faceta interior, cualquier instinto, del sujeto objeto del estudio.

Los etólogos no dudan de que ante ciertos estímulos concretos los animales responderemos de una forma concreta (conductismo), pero afirman que no hay que olvidar nunca la fuerza del instinto básico, un instinto que, quieras o no, es el motor de la conducta de todos nosotros, tengamos patas, picos o alas.

La etología y nuestras mascotas

En los últimos años el mundo mascota ha visto cómo se reaviva el interés por esta rama de la ciencia. Afortunadamente cada día más mascoteros entienden a sus animales de compañía como parte de su familia, como seres vivos que, independientemente de su especie, pasan unos años maravillosos en una sociedad creada para humanos. A todos los que nos importa nuestra mascota nos encantaría saber por qué hace lo que hace, por qué en unos momentos determinados se comporta de una forma y no de de otra. Nos encantaría saber, en definitiva, qué pasa por la mente de nuestra mascota, ¿no es así? La etología clínica (así se llama en el caso de mascotas) nos puede dar respuestas concretas y, también, ayudarnos a combatir algunos graves problemas de comportamiento, causa desgraciada de muchos de los miles de casos de abandono y maltrato animal. 



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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