Cataluña se está convirtiendo, poco a poco, en un ejemplo a seguir a la hora de tratar a los animales. Fueron los primeros en prohibir las corridas de toros y en permitir que los animales también viajen en transporte público.

Pero toda su cara también tiene su cruz y es que en un intento de concienciar a los responsables de los animales, quizá se les vaya la mano con las multas.

Todos sabemos que está muy feo eso de no recoger los excrementos de los animales pero aún hay gente que se resiste a civilizarse y a recoger las heces de la vía pública.

Por eso, en el municipio barcelonés de Santa Coloma de Gramanet, han aumentado drásticamente el valor de la multa pasando de los 300 euros a los 1000 euros para las personas que no recojan las heces de sus animales.

Así es como desde la alcaldía pretenden erradicar el problema en los espacios públicos siguiendo el ejemplo de otros municipios cercanos del área metropolitana. En febrero de este año era Cornellá quien anunciaba el endurecimiento de sus sanciones con multas que ascenderían a los 600 euros. Prosiguió Badalona con multas de hasta 900 euros. Y ahora le ha tocado el turno a Santa Coloma de Gramanet poniendo el precio mínimo de 1.000 euros pues en el caso de reincidencia la multa podría ascender, incluso, a 5.000 euros.

Prohibido hacer sus necesidades

Y es que, desde el Ayuntamiento parecen desesperados con este problema pues, a pesar de disponer del servicio de limpieza diaria de lunes a domingo, se siguen sucediendo las quejas entre los vecinos debido, según la alcaldesa, Núria Parlon, a una minoría.

Las nuevas medidas se han comunicado a lo largo del acto de presentación de la campaña donde también ha informado acerca de la nueva equipación para mantener limpio el municipio. Se trata de varias motos con un sistema de aspiración y limpieza incorporado para la recogida de excrementos.

Está claro que la concienciación de los responsables es vital para la buena convivencia entre todos. La recogidas de heces es un deber absoluto por parte de quienes conviven con animales y los tienen bajo su tutela ¿pero es, realmente, necesario llegar a esos límites con multas tan elevadas de dinero? ¿Realmente servirán para concienciar? ¿No es algo desproporcionado? ¿Realmente no hay otra vía para solucionar el problema que a golpe de talonario? Es evidente que es muy fácil evitar una de esas multas: cumpliendo el deber que todos los que tenemos la dicha de vivir con peludos tenemos, pero ¿no es algo absolutamente desproporcionado?



  Sobre el autor

Cristina de Dios

Licenciada en Periodismo por la URJC y especializada en Marketing y Comunicación por la UCM, es una apasionada de los animales, en especial de los perros, por quienes lucha diariamente para lograr una mayor concienciación sobre sus derechos y un mayor respeto hacia todas las especies.

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