La crueldad del ser humano no tiene límites. Es, sin duda, el animal más peligroso del planeta y lo podemos comprobar día a día en los periódicos y telediarios.

Un ejemplo de ello ha sido lo ocurrido en Tijarafe, un municipio canario perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife y situado al noroeste de la isla de La Palma. Algún desaprensivo colocó a propósito muslos de pollo envenenados para matar a conciencia a los animales que pudiera pasar por allí. Y así lo ha conseguido.

En total, han sido nueve perros de caza los que han muerto envenenados. La comida con veneno estaba situada en un sendero que pasa por debajo de La Torreta del Time y que se ha llevado la vida de casi una decena de podencos de un mismo dueño que explicó que aún tiene a dos de ellos sin localizar. En total, llevaba catorce.

Al parecer la cantidad del veneno era tal que los animales cayeron agonizantes rápidamente sin que nada se pudiera hacer por ellos. Y es que los muslos de pollo estaban repartidos por los dos lados del sendero.

Envenenados
Perros envenenados. Fuente: elapuron.com

Por su parte, el Cabildo ya ha cerrado el paso al tramo del sendero comprendido entre La Torreta y el Mirador para inspeccionarlo y eliminar cualquier resto de veneno que pudiera quedar en el que ha sido el caso más grave conocido hasta hoy de envenenamiento de perros en la isla.

A pesar de ello, lo más sorprendente de todo, es que el presidente de la Federación Insular de Caza, Francisco Javier Triana, ha admitido que siempre se suelen dar casos similares pero nunca de tanta magnitud.

De hecho, parece ser que los cazadores suelen llevar en sus mochilas ampollas de sulfato de atropina que actúan como antídoto del veneno pues es habitual la aparición de cebos de ese tipo en zonas de cultivo.

Ahora, estudiarán a los perros fallecidos para averiguar el tipo de veneno que ha acabado con sus vidas y así tomar las medidas necesarias para que no se vuelva a repetir algo así.

Desgraciadamente, esto no es un caso aislado. En muchos puntos de España son varios los casos que se han dado de absolutos monstruos que se dedican a poner alimentos envenenados o con alfileres en su interior para provocar la muerte de animales indefensos.

Por eso, debemos tener mil ojos a la hora de salir a pasear a nuestras mascotas, que no se lleven nada a la boca ni mucho menos lo ingieran. Al menos, hasta que se tomen medidas realmente efectivas con penas justas para quienes se dedican a sembrar el pánico entre quienes amamos a los animales.



  Sobre el autor

Cristina de Dios

Licenciada en Periodismo por la URJC y especializada en Marketing y Comunicación por la UCM, es una apasionada de los animales, en especial de los perros, por quienes lucha diariamente para lograr una mayor concienciación sobre sus derechos y un mayor respeto hacia todas las especies.

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