Hoy en nuestra serie de fichas sobre enfermedades vamos a hablar de una que no solo es peligrosa para nuestra mascota, sino para nosotros y el resto de nuestra familia humana: la leptospirosis.

¿Qué es?

Una enfermedad infecciosa causada por diferentes bacterias del género Leptospira. Estos microorganismos diminutos se introducen en el organismo a través de la piel y de las mucosas y causan diversas afecciones que, en función del individuo afectado, pueden llegar a ser muy graves e incluso provocar la muerte.

Uno de los primeros puntos que más nos debe preocupar de la leptospirosis es que es una zoonosis es decir: es una enfermedad que se puede contagiar desde los animales a las personas.

Hay diferentes bacterias del género leptospira que pueden producir esta enfermedad, pero hay dos variedades bien conocidas por los veterinarios caninos: la "canicola" y la "icterohaemorrhagiae". Estas bacterias están por todo el mundo, pero tienen especial afición por las zonas de clima templado y húmedo como, por ejemplo, Cataluña, Valencia, Asturias o el norte de las Islas Canarias. Las bacterias leptospira no solo infectan a los perros o a las personas. De hecho, los primeros portadores suelen ser otro tipo de animales, como las vacas, los caballos, los cerdos o las ratas. La razón es la forma de contagio: normalmente estas bacterias se encuentran en charcos de agua estancada, agua que pueden beber los animales, infectarlos y, después, trasmitido a otros seres vivos por la orina. SI nuestro perro olfatea un rastro de orina infectado, es relativamente fácil que se contagie la enfermedad. Si nuestro perro nos da un beso y su saliva se introduce en nuestro organismo (a través de la boca o de algún raspón o herida en la piel)… ya tenemos el contagio servido.

¿A qué perros afecta?

La leptospirosis puede contagiarse a todo tipo de perros independientemente de su sexo, edad, raza o estado físico. Lógicamente, están más expuestos a este tipo de riesgos los animales abandonados que deben beber en charcos de agua estancada y que no están sujetos a ningún tipo de control de los rastros que olfatean. También son más susceptibles de padecer esta afección las mascotas que viven en zonas rurales y que tienen contacto con roedores, caballos o vacas o que suelen bañarse en estanques o zonas de agua estancada.

¿Es muy grave?

La gravedad de la leptospirosis varía en función del individuo enfermo - persona o perro - . Si la contrae una persona o animal muy joven, muy mayor o que ya tiene un cuadro de salud delicado, esta enfermedad infecciosa puede provocar incluso la muerte. Si afecta a un ejemplar sano, existen multitud de antibióticos que la combaten eficazmente. De todas formas, ante cualquier síntoma de esta enfermedad, la mejor medida de prevención es acudir inmediatamente al profesional de la salud (médico o veterinario).

Síntomas de la leptospirosis:

Los primeros síntomas de la leptospirosis son bastante evidentes y se parecen mucho a los síntomas de la gripe, por ejemplo:

  • Fiebre alta: de más de 40º centígrados. Recuerda que la temperatura corporal   considerada normal para un perro oscilará entre los 38 y los 39 grados centígrados.
  • Malestar general.
  • Pérdida de apetito.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolores musculares.
  • Apatía y debilidad.
  • Vómitos.
  • Temblores musculares.
  • Escalofríos.

Leptospirosis
Pérdida de apetito, dolor de cabeza, dolores musculares, apatía y debilidad... son algunos de los síntomas de laleptospirosis

Tratamiento

Al tratarse de una enfermedad bacteriana, existen eficaces antibióticos que pueden terminar con la peligrosa bacteria. Además, para minimizar los síntomas, estos tratamientos se suelen complementar con fármacos para evitar el vómito, suero para compensar la pérdida de fluidos, etc.

El tratamiento debe administrarse lo antes posible y mantenerse mientras lo indique el veterinario, es decir: hasta que la infección desaparezca completamente.

¿Cómo se previene?

La mayoría de los veterinarios aconsejan la vacunación como principal medida de prevención, pero también es importante conocer y adoptar otras importantes medidas complementarias:

  • Si trabajas en el campo o en una granja, utiliza siempre equipos de protección como guantes o botas altas de goma.
  • Si tu perro ha sido diagnosticado con leptospirosis evita que orine en zonas públicas como parques o playas. Además, disuelve su orina con un preparado de agua y alcohol.
  • Durante la enfermedad procura que tu mascota no contacte con tus mucosas (labios, nariz, ojos…). Extrema la precaución si en casa tienes niños pequeños.
  • No dejes que tu perro se bañe en estanques cerrados o charcos.



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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