Puede ser por no haberlo educado bien, porque se sienta intimidado y a la defensiva o porque tenga un mal día, podemos encontrarnos con la mordedura de un perro en cualquier momento. ¿Qué debemos hacer?

Lo primero de todo, y ante la mordedura, es recomendable no tirar. Sí, parece extraño pero es cierto. Si comenzamos un forcejeo y nos asustamos mucho, el perro sabrá que controla la situación y se seguirá aferrando, en muchos casos con más fuerza. Y ni se nos ocurra golpearlo, porque en alguans razas de perro, como los de presa, esto también hará que aumente la presión.

Por eso, lo mejor es intentar conservar la calma dentro de lo posible y buscar algo como un palo para colocarlo entre los dientes del animal y nosotros. De esta manera podremos crear una especie de palanca para poder liberarnos a la vez que controlamos al perro.

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Después llega el momento de la identificación del perro. Si es nuestro, revisar todas las cartillas con la correcta vacunación. Si no lo es, pedirle al dueño sus datos personales y los datos del perro para poder tenerlo localizado y descartar la rabia.

Hora de curarse

Si la mordedura no es muy fuerte, el primer paso es lavarse bien con agua y jabón para eliminar los restos de saliva del animal. Después tendremos que utilizar algún antiséptiico (yodo, agua oxigenada...) en la herida y taparlo con una gasa o una venda para dejarlo curar.

Lo mejor de todos modos es una visita al médico. Muchos piensan que al tratarse de su propio perro no es necesario, ya que está desparasitado y vacunado correctamente, pero aún así lo aconsejable es acudir a un centro de salud. Nuestro perro puede tener todo al día, pero existen muchos factores, como el estado de la dentadura del animal y la profundidad de la herida, en las que podemos encontrarnos pasados unos días con una "sorprendente" infección. ¡Mucho cuidado!

Seguramente lo primero que nos pregunten es si tenemos la vacuna antitetánica al día, ¡algo que muchos tendemos a olvidar! Si no lo sabemos o no la tenemos, nos pondrán una "de recuerdo". Esta vacuna tiene que volver a repetirse en unas determinadas fechas de las que nos informarán alli para que sea efectiva. También puede que nos den algún antiinflamatorio para que no vaya a más la herida.

Acciones legales

Muchas mordeduras tienen su "por qué". En la mayoría de los casos es por una negligencia del cuidador, bien por no vigilar a su mascota de manera adecuada o por no educarlo de la manera correcta. Es cierto que en numerosas ocasiones la mordedura no suele ser demasiado peligrosa ni grave, pero si no es el caso podemos emprender acciones legales ante una agresión.

El primer paso es la denuncia. Si tenemos los datos del dueño y del perro, podremos presentar la correspondiente denuncia en la comisaría de policía. Nos pedirán una serie de datos y nos citarán para que el médico forense pueda elaborar el informe sobre los daños recibidos por la mordedura del perro.

Al acudir a dicho médico, siempre tendremos que llevar toda la documentación que nos hayan facilitado en el médico de cabecera o centro de salud en el que nos hicieran los primeros auxilios. Tras estos trámites se procederá a la evaluación de la situación, procediendo a la sentencia y la posible indemnización que corresponda.

Lo que no hay que olvidar es el refrán de que más vale prevenir que curar. Si vemos a un perro suelto, o uno de esos perros ladradores tras una verja, apelemos a la sensatez e intentemos evitarlo. Será un favor mutuo, tanto para el perro ¡como para nosotros mismos!.