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Es cierto que los loros aprenden a hablar. Pero esa no es su única vía de comunicación, ya que como la mayoría de los animales, sus comportamientos y gestos en determinadas situaciones dicen mucho más que un "hola!" o el típico "fiu-fiu!" que muchos aprenden.

Aprender a reconocer el lenguaje corporal de nuestro amigo emplumado nos ayudará a saber cuándo se siente bien, cuando está enfermo, si simplemente quiere llamar la atención o busca comida. Y por supuesto, ¡también evitará sorpresas desagradables!

Diccionario de signos de los loros

  • Aleteo: muchas veces se enganchan a los barrotes y comienzan a agitar sus alas de una manera casi frenética. Quiere decirnos que necesita algo de ejercicio o que le prestes atención.
  • La posición de la cresta: algunas especies de loros, como las cacatúas o ninfas, muestran mucho de su estado de ánimo gracias a su cresta. Si está hacia atrás ligeramente curvada, significa que está relajado. En alto denota excitación y estado de alerta, y en algunos casos quiere decir &mira qué guapo soy&. Y si se encuentra totalmente plegada hacia abajo y lo acompaña de silbidos y posición agachada, ¡está totalmente aterrorizado!
  • Hinchar el plumaje: aunque es una práctica habitual en lor loros a la hora de acicalarse, si nuestro compañero mantiene esa apariencia de "bola" durante mucho tiempo puede ser síntoma de que algo no está bien. Puede ser por enfermedad o porque haya una corriente de aire cerca que no le esté agradando demasiado.
  • El baile de cabeza: una de las formas de comunicación no verbal que más repiten los loros, ese bamboleo de un lado a otro de la cabeza. Lo hacen cuando quieren llamar nuestra atención bien sea para salir de la jaula o porque tenemos algo que él quiere. Algunos loros grises tienen un movimiento muy particular de cabeza, agitándola de un lado a otro como si tuvieran algo en los oídos. Es un comportamiento que no se sabe a ciencia cierta por qué lo hacen y que es natural en ellos, pero si lo repiten constantemente puede ser que tenga alguna obstrucción en la nariz o en los oídos.
  • La postura de ataque: aunque las aves en general suelen evitar las peleas, en algunos casos en los que varios loros comparten jaula pueden crearse enfrentamientos, aunque antes mostrarán un amplísimo abanico de gestos que, si estamos atentos, nos ayudarán a evitar la pelea. Si esto ocurre, es mejor no colocar la mano delante de nuestro loro, ya que es casi seguro que nos caerá un buen picotazo. Algunas muestras de agresividad pueden ser:
    • Cola desplegada en forma de abanico
    • Postura ligeramente encorvada y moviéndose de un lado a otro
    • Erizar las plumas de la espalda
    • Pico entreabierto, listo para saltar y atacar
  • Estirarse se manera simétrica: y es que los loros practican su particular "yoga". A veces vemos como muestra mascota estira un ala y a la vez la pata del lado contrario de manera casi simétrica. Este ejercicio les sirve de relajación y para estirar sus músculos.
  • Inclinado hacia delante con las alas desplegadas: si hablaran estaría claro que dirían "pista! que despego!" Es su postura típica de querer echarse a volar.
  • Temblor en las alas: puede producirse cuando están muy nerviosos, por miedo o por encontrarse en época de reproducción.
  • Pupilas: El dilatar y contraer las pupilas de una manera algo exagerada y muy rápido puede responder a un comportamiento un tanto agresivo, mejor dejarle tranquilo un rato. Por otro lado, si se contraen rápidamente al mirar un objeto, es por pura curiosidad, centra su atención.

Estas son algunas de las muestras más comunes, pero hay muchas más. Dependiendo de la raza o especie de loro, cada uno tiene algunas peculiaridades que los hacen únicos. Por ejemplo, si no te importa mucho el que tengan la jaula desordenada, prueba a poner a tu loro gris una caja con arena. Verás que rápidamente se pone a escarbar y lanzar la arena por todos lados, un comportamiento que solo esa clase de loros posee y con lo que están diciendo... ¡me lo estoy pasando en grande!