Hace pocos días los mascoteros perdimos una batalla (que no la guerra) en el tristemente famoso pueblo de Tordesillas, en Valladolid.  Un año más los defensores de la tradición mal entendida  ganaron la partida y asesinaron a sangre fría un animal bello  y noble que, además, se supone que es el símbolo de nuestra sufrida  España: el toro


"Si no te gusta, no mires" era el eslogan coreado por los miles de simpatizantes del Patronato del Toro de la Vega. Aficionados a  la sangre que reían y daban palmas cada vez que un policía  arrestaba a los seres humanos que intentaban impedir a la salvajada.  Pero ¿es éticamente lícito apartar la vista ante las  injusticias? ¿Debemos hacer lo mismo ante otros casos de violencia  exacerbada como pueden ser, por ejemplo, los delitos contra la mujer?

Pepe Hillo segun Goya
Porque AMAMOS a los toros, que no su masacre, preferimos no poner imágenes reales



Los seguidores de Mascotea ya conocen nuestro punto de vista: defendemos  el respeto por la vida y los derechos de todos los animales, sean de  la raza que sean. No nos gusta lo que vemos cada año en Tordesillas,  pero no nos da la gana apartar la vista. Con respeto y sin violencia  luchamos y lucharemos por los derechos de los animales con las armas que tenemos:  papel y pluma o, en este caso, teclado y pantalla.

Animales que sienten y espectáculos intelectuales.

Podríamos empezar este párrafo buscando directamente qué  dice la ley sobre los espectáculos públicos en los que intervienen  los animales, pero preferimos hacerlo acudiendo al diccionario de referencia  de nuestro idioma, el DRAE, sobre todo porque es muy esclarecedor:

  • Animal: ser orgánico que vive, siente y se mueve por  propio impulso.
  • Espectáculo: cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación  intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo  infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más  o menos vivos o nobles.


¿Cómo un espectáculo supuestamente intelectual y  que infunde afectos nobles puede basarse en el sufrimiento de  un animal que siente y padece? Un animal que sangra y siente terror cuando le  atacan. Francamente, me parece incomprensible.

CorridaTorosBenavente
Festejos ancestrales que no tienen sentido

Lo que dice y no dice la normativa española.

Como quizá sepas, en España la normativa general sobre  protección de los animales excluye expresamente a los utilizados  en las festividades taurinas. Existe un Real Decreto (el RD/ 145/1996)  que, lejos de proteger a este fabuloso animal, da las directrices y pautas más  adecuadas para que sufra "como dios manda".

Por otra parte es interesante recordar que las competencias sobre protección  de los animales en España están asumidas por las diferentes  Comunidades Autónomas. Son estas las que deben desarrollar las  normas pertinentes que garanticen los derechos más básicos  de los animales como son, por ejemplo, el derecho a ser alimentados, tratados  cuando están enfermos y sacrificados con el mínimo sufrimiento  posible.

Pero, como no podía ser de otra manera, estas normas autonómicas  hacen exactamente lo mismo que la ley nacional: se lavan las manos en  cuanto a los derechos de los toros amparándose en larguísimos  legajos técnicos llamados "Reglamento de Espectáculos  Taurinos Populares".

Este es el caso de, por ejemplo, la mal llamada "tradición"  vallisoletana del Toro de la Vega. Esta fiesta se rige por el llamado  "Reglamento de espectáculos taurinos populares". Echamos un  vistazo a este Reglamento del año 2008, pero no conseguimos encontrar  ni una sola línea acerca de los derechos de los toros. Quizás  la normativa sea demasiado extensa y farragosa o, lo más probable, quizá  no existen estos derechos.

Desgraciadamente España sigue siendo un país de "sol y  toros" y… ¿De bárbaros?

"Cuando no se autorice, pues no se celebrará, pero mientras  exista autorización y se cumpla la normativa se celebrará en Tordesillas".

Esta es una de las frases más repetidas por Jesús López  Garañeda, miembro del Patronato del Toro de la Vega cuando  se le preguntaba por el porqué del mantenimiento de esta llamada tradición  medieval. Una frase razonable, pero ¿razonada?


Yo, francamente no puedo anotar en este artículo las razones que  tienen los defensores de este "arte" para explicar el linchamiento  multitudinario de un animal indefenso porque no las he encontrado.  Sí he localizado excusas - tradición, costumbre, fiesta…-  pero no razones, no explicaciones coherentes de por qué unos supuestos  seres humanos disfrutan corriendo, gritando, golpeando y asesinando  a un animal aterrorizado.

Por favor, si tú entiendes las razones de esta tortura  legalizada escríbenos a Mascotea. A lo mejor nos convences…

 



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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