Aunque las mascotas preferidas de las familias españolas sean los peces, los perros y los gatos, hay un animalito que, poco a poco, se está haciendo un hueco entre los amantes de los animales: el pato. Muchos de nosotros tuvimos uno de pequeños, de aquellos de colores que vendían en los mercadillos ¿os acordáis? Aquellos pobres patos que iban perdiendo su color amarillo, azul o verde según iban creciendo… En fin, recuerdos aparte, hoy vamos a hablar de los cuidados básicos de esta mascota "diferente": el querido pato.

"Radiografía" del pato

Los patos son aves acuáticas pertenecientes al orden anseriforme. Los patos salvajes tienen unas alas fuertes con las que pueden volar, pero los patos domésticos han perdido esa facultad ya que se han acostumbrado a vivir a ras de suelo alimentado por los seres humanos. Como no pueden volar, estas mascotas han desarrollado mucha más fuerza en las patas que sus hermanos en libertad. Hay varias razas de patos domésticos, pero todos comparten una serie de características físicas generales. Lo más habitual es que los patos adultos tengan el plumaje blanco, pero también encontramos patos con otras tonalidades como marrón claro o negro y, también, pequeños detalles en color verde o rojizo. Como buena ave acuática que es, el plumaje de los patos adultos es completamente impermeable (el de los pequeños patitos no).

Una curiosidad: los patos adultos con más toques de color sobre el blanco suelen ser casi siempre machos. En la foto de abajo, ¿adivinas cuál es el macho y cuál es la hembra?

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Por otra parte, aunque la mayoría de los polluelos de pato son de ese color amarillo huevo tan característico también encontramos hermosos ejemplares con plumones de color negro (y no, no es el patito feo ;) y de color gris. Otra característica típica del pato es su famoso pico en forma de pala con los orificios nasales situados en la zona superior (para respirar bien cuando están en el agua). El pico suele ser de color naranja en los adultos y de color negro en los jovencitos.

Cuidados básicos..

Lo primero que nos gustaría mencionar es que los patos crecen, dejan pronto de ser esas adorables bolas amarillas, de emitir suaves "cua-cuac" y de hacer las delicias de las visitas. Queremos comentarlo porque es muy importante que los niños lo comprendan bien antes de adoptar a este simpático animal como mascota. Desgraciadamente cada día hay más patos abandonados en asociaciones y albergues. Adoptara un pato, como adoptar a cualquier otra mascota, es una decisión muy importante que hay que valorar despacio.

Ahora, los cuidados básicos:

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    Animal gregario:
    el pato es un animal muy sociable. Se lleva bien con otros patos, perros, gatos, gallinas, ser humano… Así, los expertos aconsejan que no se tenga solo un pato, sino una parejita o un pequeño grupo (a no ser que tengas una gran familia de otras mascotas).
  • Ave acuática: al pato le encanta el agua ("¡Al agua patos!"). Si no puedes tener un estanque en el jardín, sí que deberías proporcionarle una bañera de plástico o similar donde pueda jugar y hacer ejercicio.
  • Resistentes al frío: los patos adultos, gracias a su pelaje, no suelen tener problemas con las temperaturas extremas o con la humedad. Pero los polluelos no tienen esa capa extra protectora por lo que deberás procurar que estén en un sitio cerrado y caliente en las horas más frías del día y, por supuesto, siempre durante la noche.
  • También comen y beben: los patos suelen alimentarse de lombrices, insectos, hierbas o pequeños peces. Si tu pato vive en un jardín o una granja, seguramente se alimentará por sí mismo, pero si vive en casa o en el patio, recuerda que deberás alimentarle a diario con un pienso balanceado. Por otra parte, es importante que estas mascotas dispongan de agua fresca a diario. Coloca uno o varios bebederos por el recinto y no permitas que beban en charcos o agua estancada, es un riesgo para su salud.
  • Hogar, dulce hogar: los patos son más felices viviendo en el exterior, en el patio o en el jardín. Pero aunque les encanta el aire libre, deben disponer de una casita, de un corral acondicionado donde puedas meterles en las horas nocturnas. El gallinero debe ser suficientemente amplio para el número de patos que tengas, con abundante paja o serrín y cubierto por todos sus lados, incluso el techo (para evitar que los depredadores puedan acceder).

Entonces… ¿te animas a que tu próxima mascota sea el pato Lucas?



  Sobre el autor

Marta Barrero

“Se puede vivir sin perro, pero no merece la pena” es una de las máximas de Marta Barrero, nuestra redactora especializada en formación, comunicación y publicidad.

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